miércoles, 15 de diciembre de 2010

Un punto de vista distinto sobre el tema de los controladores

Que no digo yo que todos los controladores sean unos santos y no quieran ganar más dinero y trabajar menos horas (¿y quién no?).

Pero ya resulta extraña una demonización tan salvaje, parecida a la que desde algunos sectores, mejor dicho, personas, se está practicando también con los funcionarios públicos especialmente en Andalucía.

Como en cualquier caso, siempre es bueno oír las dos posturas de un conflicto para poder hacerse una idea más real, pues ahí va mi pequeña colaboración.

Y, sí, yo también caí en la tentación de poner a parir a los controladores a pesar de no haberme pasado el puente en un aeropuerto... y al gobierno también.

http://bloguionistas.wordpress.com/2010/12/04/no-controles/

sábado, 11 de diciembre de 2010

Contra la corrupción, transparencia salvaje

Pintada en la puerta de un IES que encontré una mañana camino del trabajo
¿Es posible que estemos viviendo tiempos interesantes de verdad?

¿Esto puede ser una auténtica revolución como no ha habido otra en un siglo?

http://www.enriquedans.com/2010/12/a-letter-from-anonymous-9th-of-december-2010.html

lunes, 23 de agosto de 2010

¿Es la regulación la panacea?

Tras el descrubrimiento de que el sistema de registro de incidencias técnicas de Spanair pudo estar deshabilitado como consecuencia de infección por virus y/o troyanos y de que esta circunstancia pudo afectar al hecho de que el avión Spanair JK5022 realizara el despegue con las consecuencias que todos conocemos y después de la nota de prensa publicada por el Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Castilla y León, surgen muchas cuestiones.

El colectivo de profesionales titulados en informática se ha apresurado a reclamar, de nuevo, una regulación muy reivindicada, harto de escuchar que ésta no es necesaria dado que no están claros los riesgos para la sociedad civil de una mala praxis.

No es que este desgraciado suceso haya venido a descubrirnos nada nuevo. Los que llevamos toda la vida trabajando en informática sabemos que, cada vez, más vidas dependen de este tipo de sistemas. Yo mismo he trabajado en el desarrollo de sistemas de combate navales (sí, de los que controlan el lanzamiento de misiles y torpedos, por ejemplo) y todos hemos leído alguna vez como un sistema informático robótico permite a un cirujano realizar en remoto una delicada operación, entre otros muchos ejemplos.

Parece evidente que hay un problema y que no se está tratando con la necesaria seriedad por parte de las administraciones: la regulación cada vez se hace más imprescindible.

También es cierto que sería absurdo volver a cometer los mismos errores que se han cometido con otras regulaciones anteponiendo el beneficio de algunos (reducidos) colectivos al beneficio y la seguridad de la masa social usuaria y sufridora (hasta el momento) de los sistemas informáticos (o, al menos, de algunos).

Vivimos tiempos distintos, la informática y su despliegue en la sociedad no se parecen a ninguna otra disciplina que concozcamos, el espacio europeo de educación superior plantea un marco de referencia que habrá que tener en cuenta, el corporativismo ha demostrado adolecer de muchos defectos históricamente y en la actualidad...

Pero, personalmente, creo que carecer completamente de responsabilidad civil y de un código deontológico de obligado cumplimiento no ayuda en absoluto a que los profesionales sean plenamente conscientes de las consecuencias de su trabajo y de la importancia de una adecuada preparación tanto de los jefes o responsables como de los equipos de colaboradores.

Fuentes no citadas:

http://www.javiergarzas.com/2010/08/spanair-troyanos-colegios-informatica.html

jueves, 24 de junio de 2010

Mi visión (o versión) del gobierno abierto

Mucho se está escribiendo sobre el gobierno abierto (open government, open gov u ogov para los angloparlantes).

Me gustaría hablar de mi propia visión o versión de esta filosofía, desde mi experiencia personal como trabajador de empresas privadas y administración autonómica y como interesado en el tema (que no experto) y, por supuesto, como ciudadano.

Para empezar me gustaría empezar analizando los criterios clave del gobierno abierto:
  • Transparencia: no sólo diciendo lo buenos que somos y lo bien que hacemos las cosas, es decir, haciéndonos publicidad sino, contando las cosas tal y como son, de forma aséptica, al estilo BOJA pero con mayores facilidades de tratamiento y explotación, incluso las que no hacemos tan bien o los malos resultados o fracasos porque eso nos dará CREDIBILIDAD. Personalmente, yo no me suscribo a una lista de distribución o un RSS o un grupo en una red social para que la administración me cuente sus logros y lo buena que és y me oculte la información que puede ser objeto de crítica o malestar. La primera vez que digas que te has equivocado, a la gente le sorprenderá y te pondrá a bajar de un burro pero habrás sentado las bases para que te crean.
  • Incluso en el ámbito interno de la organización, el tratamiento de la información y su difusión suele ser bastante tacaño incluso partiendo del respeto de la normativa que le sea de aplicación (principalmente en el caso de los datos de carácter personal). Quién no conoce un caso de Sistemas de Gestión del Conocimiento al que los usuarios que han de trabajar con los datos y a los que podría facilitarles enomemente la vida e incluso hacer mucho más eficiente su gestión, no pueden acceder (o, al menos, sin trabas). Personalmente yo conozco alguno.

  • Participación: una vez que el ciudadano, nuestro cliente, sepa lo que hacemos y cómo lo hacemos, es la hora de darle las herramientas para que opine y aporte su visión. Evidentemente, no se trata sólo de darle un paño de lágrimas. Tenemos que prepararnos para escucharlo y, sobre todo, para incorporar (en general) esa fuente de información a nuestro conocimiento como administración para procesarlo, explotarlo y hacer que evolucione nuestra forma de trabajar y los resultados que tratamos de proporcionar a la sociedad. Debemos dejar de ejercer la administración como un nuevo despotismo ilustrado: "Todo para el ciudadano pero sin el ciudadano", pretendiendo que la administración conoce lo que necesita el ciudadano incluso mejor que él mismo.

  • Colaboración: "Tu proyecto es mi prioridad y mi éxito". Y no sólo me refiero a la colaboración interadministrativa, que también es importante, sino a la colaboración como filosofía de trabajo dentro de nuestra propia organización, es decir sinergia. He visto a responsables de mi administración remover Roma con Santiago para intentar obtener una cesión de datos en un formato que les permitiera tratarlos para realizar su trabajo, datos que son suyos, en punidad, y considerando que dicha cesión no vulneraba ninguna normativa. Simplemente porque la respuesta por defecto es 'NO, por si acaso'.
  • Además siempre digo que una de las herramientas colaborativas más potentes es el CC en los correos electrónicos, en lugar de ocultar la información para obtener poder en función de lo que nosotros sabemos y otros no.
  • La gente debe de ser consciente de que un porcentaje de su tiempo de trabajo debe estar dedicado a proyectos que no son de su departamento y que pueden, incluso, ser incompatibles con sus prioridades o estrategias, obligándote a replantearlas y adaptarlas, cuando sea necesario. Si para sacar adelante tus proyectos debes contar con la colaboración de otros departamentos, debes igualmente plantearte que gran parte de tu tiempo debe dedicarse a colaborar en proyectos de otros, proporcionándoles los medios que, de otro modo, no estarían a su alcance y haciéndolos, así, tuyos también.

Además yo incluiría algunos factores más a tener en cuenta por su relevancia:
  • Sostenibilidad: evaluar riesgos y viabilidad tecnológica, económica y sobre todo política. El impulso de la alta dirección debe ser en primera instancia prudente y en segunda firme y constante, y lo que es más importante, la alta dirección debe ser consciente de la relevancia de ésto. Evidentemente, también hay que considerar la medioambiental (uso de papel, consumo energético, emisiones, etc.). Cuántas veces hemos visto proyectos que, de partida, sabíamos no llegarían a ningún lado por los riesgos que implicaban. ¡Cuánto dinero, tiempo, recursos, ilusión han quemado esos proyectos!

  • Permeabilidad: el gobierno abierto no sólo está en los grandes proyectos sino en los pequeños detalles del día a día. Los criterios de que hemos hablado deben calar a todos los niveles de forma que las decisiones cotidianas sean consideradas desde esa nueva óptica. El funcionario y el empleado público, en general, debe defender los intereses del ciudadano como si fueran los propios desde el escrupuloso respecto a la legalidad que conoce y domina. Este tipo de funcionario existe, yo conozco muy claros ejemplos, el problema viene muchas veces porque no dispone de los medios ni de la motivación para hacer de esa actitud su mayor prioridad. Hay que tener muy presente que el que hace la imagen diaría de la administración pública no es tanto el directivo como el funcionario y ya hay que empezar a desterrar de la mente de todos los típicos tópicos desfasados.

  • Proactividad (escucha activa): ya he oido un par de veces que si en el mismo texto incluyes las palabras sinergia y proactividad es un éxito seguro. Habrá que verlo. Ya en serio, no debemos esperar a que el ciudadano nos diga lo que quiere. Debemos ir a averiguarlo nosotros mismos y para ello valernos de las nuevas tecnologías emergentes (Web 3.0, redes ontológicas, Web semántica) en lugar de interminables encuestas con decenas de páginas y cientos de preguntas. Siempre me he preguntado si alguien llega a finalizar esos cuestionarios, personalmente soy incapaz. En mi opinión una unidad de encuesta no debería tener más de una página y una decena de preguntas. Si necesitamos recabar más información se debería estructurar en varias unidades, de modo que una persona tenga la opción, al menos, de contestar aquellos apartados en los que tenga mayor interés de forma independiente. Mejor es algo que nada y mucho más si ese algo se hace con interés.

Finalmente me gustaría poner de manifiesto otras cuestiones:

No gobernar "con traje": no vender nuestras soluciones a los ciudadanos sino darles lo que piden. El gobierno abierto no fluye desde la administración a los ciudadanos sino de los ciudadanos a la administración y esta última es la que debe estar abierta a la dinámica que se le exige, con criterio pero continuamente en cambio y transformación.

¿Es realmente necesaria la transparencia? El ciudadano demuestra contínuamente su capacidad de explorar la información que la administración no le proporciona o, al menos, no del modo más adecuado. Nunca se ha publicitado más el uso, al menos, cuestionable del dinero público en subvenciones que en la época que nos toca vivir en que los recortes del gasto público obligan a la bajada del sueldo de los empleados públicos. Lo que nos demuestra que Internet es una herramienta suficientemente potente para que, apoyada en la obligación de publicidad de la administración, aunque sólo sea a través de los boletines oficiales, desnudar todas nuestras verguenzas, si es que se las puede considerar tales. Luego: ¿qué hay que temer? ¿qué hay que ocultar? ¿qué podemos perder?

jueves, 11 de marzo de 2010

Escrito dirigido al SGAP de la Junta de Andalucía

En el marco de la CTAP (Comisión de Trabajo para Administraciones Públicas) del CPIIA (Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Andalucía) a la que algunos de nosotros pertenecimos, se elaboró un documento que recientemente hemos actualizado y ampliado.

La idea original era presentarlo al Secretario General para la Administración Pública de la Junta de Andalucía en nombre del Colegio y firmado por el Decano pero, por unas cosas u otras, eso nunca se llegó a hacer por lo que algunos de nosotros hemos optado por presentarlo a título individual.

Sé que muchos de vosotros no tenéis ninguna relación con la administración pública o incluso con la informática pero se trata de una más de las facetas que desde nuestra situación sufrimos en todos los ámbitos, de modo que os animo a presentarlo (modificado si queréis ya que la presentación va a ser a título personal, no tenéis más que descargarlo y editarlo a vuestro gusto).

lunes, 1 de febrero de 2010

Dessafío

"En la Sierra Sur tienes un desafío para tus piernas, pero sobre todo para tu mente y para tus sentidos."


Más de 15 años de baloncesto, 3 de tenis y, sobre todo, un evidente sobrepeso, me han destrozado los meniscos de tal suerte que el año pasado por estas fechas me costaba andar...


Así fue como, eludiendo el quirófano, empecé un tratamiento de rehabilitación y, tras un tiempo, por prescripción facultativa, empecé a tomar contacto con la bicicleta (la alternativa de la natación, aunque ya la probé, he de reconocer que no me motiva, como dice Joan Manuel Serrat, "sobre gusto no hay disputa").


Como casi todos, de niño monté en bici y luego con el tiempo hubo algún contacto esporádico, algún buen amigo enamorado de la bicicleta, con sus relatos, había recientemente empezado a llamarme la atención, pero con la necesidad vino la excusa...


Después de mucho dar vueltas por tiendas de bici y de sufrir, y además agradecido,  con bicis prestadas, finalmente me decidí por una Gary Fisher rígida que aún hoy, un año después, me sigue enamorando.


Así pasé la primavera saliendo los fines de semana y el verano aprovechando las maravillosas tardes de sol hasta las mil (algunas noches incluso más).


Buscando el siguiente nivel me apunté junto a mi hermano y algunos amigos (de los que finalmente sólo quedó uno) a una prueba en la Sierra Sur de Jaén (el Dessafío de la Sierra Sur) que discurría por las poblaciones de Alcalá la Real, Valdepeñas, Castillo de Locubín, Frailes y volvía a Alcalá la Real.


Los amigos de más experiencia nos decían que el recorrido iba a ser muy, muy duro de modo que empezamos a dudar de donde nos embarcábamos. Por supuesto, de las dos opciones nosotros optamos por la corta pero aún así... 60 Kms. con 1700 metros de desnivel acumulado sonaba muy lejos de nuestras posibilidades.


Conforme se apuraban los días y se agotaba la preparación y el día D se acercaba, incluso nos atenazaban los nervios (¿estaremos a la altura?, ¿tendremos algún percance?, ¿lograremos terminar?...). Parece mentira que lo que debería ser motivo de relax y diversión pueda ser causa de estrés pero, ¿quién puede evitarlo?


Incluso algunos compañeros que se habían apuntado inicialmente a la aventura optaron por retirarse al ser conscientes de que la prueba requería mayor preparación de la que habían dedicado a lo largo del verano. No les culpo pero ahora sé que, aún así, hubiera merecido la pena.


Personalmente me preocupaba especialmente que mi físico me jugara una mala pasada, algunas pendientes me exigían, sobre todo al principio, un ritmo de pulsaciones peligroso para alguien en mi condición, de modo que decidí comprar un pulsómetro y tomarme la prueba con calma y si el aparato empezaba a subir por encima de 190 pulsaciones por minuto me bajaría de la bici y caminaría un rato hasta recuperarme. Pero el problema no iba a ser ése.


Finalmente, llegó el día y una vez montados en la bici los nervios se esfumaron, las piernas respondían y las cuestas se sucedían y muchas de las más duras, sobre todo al principio, las acabamos montados sobre la bici (sorprendentemente).


Disfrutamos de cada vista (que por aquella zona son espectaculares) cada subida y también cada bajada, cada charla jocosa con compañeros de aventura en cada avituallamiento, cada ánimo de los aficionados lugareños al cruzar una localidad. Cada tramo que tuvimos que hacer andando (y no fueron pocos) codo con codo con un gran amigo de toda la vida.


Incluso me toco sufrir una caída bastante aparatosa con la enorme suerte de que apenas me dejó un par de rasguños en codo y rodilla.


Y sin darnos cuenta vimos que ahí estaba Alcalá y que la cosa se acababa y que casi te daba lástima que llegara a su fin... No entramos en control de tiempo por apenas 5 minutos pero, sinceramente, en ese momento no nos importó lo más mínimo. Habíamos acabado. Incluso los compañeros de más experiencia nos miraban sorprendidos y no podías evitar sentir un pellizco de orgullo por dentro...


Mi hermano logró acabar una hora después. Tras pinchar hasta 5 veces (tenía rota la cubierta) y conseguir repararla a base de ayuda, película fotográfica y cinta adhesiva; tirando de pundonor (que de eso anda sobrado) decidió acabar la prueba aunque fuera cerrando los controles a su paso y así llego y allí lo esperábamos nosotros para aplaudirlo en la meta. También lo había logrado.


Y después recapacitas y te das cuenta de que en estas aventuras, por supuesto, si quieres competir o incluso ganar o solamente acabar, necesitas una preparación física y mucha práctica pero, sobre todo, recuerdas que en aquellas cuestas interminables, cuando mirabas hacia arriba y veías a cientos de metros más adelante muy arriba a la gente subiendo, el pulsómetro no subía de 170, lo que fallaba no eran las piernas, ni los pulmones, ni el corazón: sino la cabeza. Entonces te preguntabas, "¿Hasta allí hay que seguir subiendo?" y te decías "No voy a poder" y te bajabas de la bici y pensabas en retirarte y esperar al camión escoba o mirabas al suelo y seguías pedaleando con plato chico y piñón grande, tirando de riñones y del manillar en cada pedalada y, en algún momento, al final la pendiente empezaba a ceder y terminaba y casi no te habías dado cuenta...


Moraleja1: Lo consigas o no lo consigas, nunca te arrepentirás de haberlo intentado.


Moraleja2: Tu cabeza es capaz de llegar a donde jamás creerías que puede llegar tu cuerpo.


PD: Con el tiempo vamos mejorando poquito a poco y cada vez se disfruta más de la bicicleta y de las rutas que puedes encontrar sin alejarte mucho de Sevilla o Jaén (en mi caso). Ya incluso nos planteamos apuntarnos a las versiones largas (que rondan los 100 Kms. y superan los 2000 metros de desnivel acumulado) de las próximas pruebas: Sta. Olalla del Cala y Desafío de Aznalcóllar y las que vengan después que seguro serán muchas...


Estoy deseando de que llegue el 28 de Febrero pero también empiezo a sentir ese gusanillo de los nervios por dentro. ¿Quién puede evitarlo?... ;-)


En cualquier caso, nunca podré olvidar el Dessafío...